23.11.11

Darwinismo romántico

El ser humano pareciera ser complejo por fuera, pero es tan simple como el intercambio de oxígeno y dióxido de carbono.
Y ni nos damos cuenta cuando lo hacemos.

La esencia del hombre no cambia. No cambia nunca.
Ni siquiera la del más puro de corazón.

Ese instinto animal donde prevalece la ley de supervivencia.
Donde el más fuerte es el que se condecora victorioso y no conoce la derrota.

El león.
El rey de la selva, quien hace sentir su rugir y deja con sus garras afiladas heridas incrustadas.

Profundas heridas en el pecho y la garganta.
De esas que causan un agujero pero se sienten como un nudo que impide respirar.

Y los indefensos gatitos quedamos atrás, inocentemente.
Suplicando: todavía no queremos morir.

Merecemos vivir, no mendigar un poco de amor.
Llorando en silencio.

Con esa falsa ilusión de que un día vendrán a adoptarnos y curar nuestras heridas de vida.
Maullando.

Intentando no morir de tristeza.

1 comentario:

  1. El hombre gira y gira hasta perder su camino y por consiguiente perder todo lo que considera preciado o almenos importante.
    Deberias recordar que el leon rey es leon hasta que otro toma su lugar, llorar y arrastrarse no es una opcion, todos fuimos y seremos heridos ¿Por que todos pueden levantarse menos vos? ¿Mendigar por amor? Roba como todos los demas.
    Por cierto... El odio, el rencor y el enojo, son siempre mas utiles que el miedo y la desesperacion. Psicologia basica.

    Zarathustra

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