23.4.12

Mongo Aurelio

Se caen los lápices,
se rompe la mina en dos.
Ahora tengo dos lápices que se caen.
Se rompen las hojas,
no las doy vuelta con delicadeza.
Violencia indirecta contra los árboles.
Pobre Tierra, ¿nadie la escucha llorar por las raíces?
Se llenan de polvo los libros,
ellos también nos olvidan si no los abrimos.
Un nene de siete años que ama leer los devuelve a la vida.
Esas pequeñas cosas que hacen de la vida una cosa linda.

Sed de saberes.
Memoria ram saturada.
Cinco mil nombres nuevos en un día,
espero recordar el mío mañana.
Si no, ¿quién va a saber quién soy?
Mongo Aurelio come libros.
Nadie se acuerda de él, ¿ven?

Haceme un favor y levantá el lápiz que tiraste.
Arreglá la hoja que rompiste.
Y escribí la mejor historia jamás contada.
Tirate al piso y dale un abrazo a la Tierra, pedile perdón por todo el daño.
Andá a buscar el libro preferido de tu infancia y dale una leída, saludalo.
Las letras llenan el alma, pues alimentan la curiosidad y rejuvenecen la imaginación.

Y a mí...
A mí se me caen los párpados y se me queman las pestañas.
Hasta mañana.

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