Palabras colgando de un hilo de oro, columpiándose entre la verdad y la mentira. Entre el odio y el amor. Las agujas del reloj avanzan lentamente, cuando en realidad el mundo va más deprisa de lo normal. Tic tac, tic tac. Suena en mi cabeza mientras las voces comienzan a hablar. Murmullo insoportable, ¿por qué tan solo no desapareces? "Soy tu consciencia", fingió. Espasmódica montaña rusa de emociones, terminando su recorrido en la nada. Sumergiéndose en el vacío de un riel sin fin. Gritando por ayuda, no puedo salir. ¿Verá la señal y me encontrará? Las voces me engañan, empiezo a sangrar. Pupilas inflamadas de gas nocivo expulsado por la mugre humanidad. Llorando en silencio. Divagando. Tres libras a aquel que me diga quién soy y por qué sigo acá, viendo la hora pasar.
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