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Esa maldita necesidad de gritar a cuatro vientos que te amo...
Esa horrible sensación de que no es el momento apropiado...
Es mejor callar y no lamentar en voz alta.
No más esclavos de palabras,
sólo prisioneros de pensamientos.
Pero al menos, somos libres en nuestros sueños.
Objetivo: Cada cinco años, escribir en un cuaderno los sueños y metas a cumplir. Al llegar a los ochenta años, deberá recostarse sobre su lecho, con los brazos atrás de la cabeza y regocijarse por haber cumplido todos sus sueños habidos. Pero no se olvide de aquellos por haber. Esa es la manera de tener una muerte plena y feliz.
Challenge accepted?
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