14.1.12

Tres menos cuarto, menos uno

.
Si así lo desea,
un fantasma puede disfrazarse de cucaracha a la hora
de las doce campanadas y hacer crujir el techo y las paredes,
hasta que su inquilino esconda la cabeza bajo la almohada.

Ahí es cuando la imaginación nos lleva a una cita
con el psiquiatra.

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