23.2.12

Arroz para dos

Marañas de pelo, nos enredamos los brazos, entrecruzamos las piernas.
Pelusas, pequeñas partículas de supernovas y un budín de pan.
No te vayas todavía, quedate un ratito más, todavía falta para las 12.
Pero no, se fue.
Y sólo me quedan unas páginas por leer antes de ir a dormir,
un poema a medio escribir,
y ese nudo de angustia en la garganta.
Ese arrepentimiento de sólamente decir que te quiero,
cuando sé que estoy mintiendo.
Ese arrepentimiento de dar un paso más adelante,
pero precipitarme tanto que caigo de un precipicio y me rompo el cráneo.
Fractura expuesta al corazón, amor.

No quiero sentir, no, no más por vos.
Y por las noches me persigue tu fantasma.
Y por las mañanas me persigue tu fantasma.
Mirá que intento transformarlo en una sábana con dos ojitos.
Pero sigue ahí en el rincón, esperando ser recordado.
Sigue ahí acechando bajo mi almohada.
Ahí, convirtiendo mis sueños en lloriqueos.

Sh, silencio a todos.
Voces, he dicho silencio!

Ahora, caricias, prosigan.
Susurren, mimen.
Lo bueno dura poco y esto no es la excepción,
a menos que...


Igual se fue, y ahora temo a las voces.
Apurate y volvé rápido, que los días pasan lento.

No vaya a ser que me encuentres con un tiro en la sien.



Ahhhhhh, los reencuentros.

Siempre tan placenteros.

1 comentario: