Enanos aprendiendo a caminar, tomados de la mano de alguien más.
Alguien que saben no lo va a dejar caer.
Que no los va a defraudar.
Y luego de dar los primeros pasos,
sueltan esa mano para transformar sus brazos
en alas y volar,
volar muy muy lejos de acá.
Hasta que los confunden con el patito feo
y los intentan cazar.
Les dan un tiro al aire, se asustan
y vuelven a su hogar.
Donde saben que siempre estarán resguardados de todo mal.
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