29.12.11

Una copa y un reloj

Ojo por ojo,
diente por diente.

Gota por gota,
el vaso se llena hasta la mitad.

Por ende está medio vacío,
pero al menos huele a vino.

Las agujas del reloj
se ralentizan
o dan marcha atrás.

Me pesan los párpados,
se borran los párrafos.

Así.

Así me siento cuando te vas,
los viernes por la noche.

.

No hay comentarios:

Publicar un comentario