11.1.12

8.35

Pesadillas incandescentes con sabor a cuasia amarga, me despiertan del sueño profundo pavorosa.
Los personaje habitantes de mi mente son muy particulares, sombras con rostros.
Y aparecen en reiteradas ocasiones. Con nombre y apellido, quizás hasta con DNI.
Tan cerca de la realidad...

Al despertar chequeo que mis temores sean sólo parte de un juego mental.
Y efectivamente, así lo es.
Suspiro de alivio.
Pero aún no elimino la chance de que suceda con el paso del tiempo.

Me voy haciendo la idea de que nos estamos perdiendo.
Cada día al despertar, me siento una montaña rusa.
Hoy tuve miedo, rencor, desilusión.
Pero a fin de cuentas comprendí que aquello, que esa mierda,
era lo mejor.

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