18.1.12

Never is a promise

Mentiras piadosas para quitar las manchas del tintero sobre el papel.
Un, dos, setenta y tres, feliz cumpleaños. Si es que mañana realmente alguien cumple años.
¿Será él?
¿Será ella?
Tal vez sea ese abuelo que nunca llamamos y después cuando estira la pata lloramos como dinosaurios en extinción y pensamos, por qué no lo llamé ayer?
Será un amigo, un conocido. Esos que con el paso del tiempo pasan a ser un contacto más para llenar espacio, para pretender que queremos llegar al millón de amigos. Pero sólo necesitamos uno o dos. Y generalmente siempre consiste en un labrador. Yo preferiría un pitbull o un rottweiler, pero bueno sobre gustos...
Será otra, que te engañe con su mirada felina y clave sus uñas en tu espalda, cómo tanto te gustaba que hiciera. Esa que te llene con versos al revés y política de cuarta, que tome cerveza y fume marihuana. Esa que te busque con rollitos y dos pechos, hasta que pase el efecto del ácido lisérgico y bang! Descubrís que está loca, loca como una cabra, como un arlequín. Y no decís chau porque es más fácil fingir y seguir.
Con qué poco se conforma la gente, migajas y juguetes rotos. Eso alcanza para sacarle una sonrisa al pibe que crece entre la mugre y busca un trapito para limpiarse la cara.

Trapito, Trapito ¿qué mano insensible te clava en la tierra marcando tus días?
Trapito, Trapito la vida pasaba a tu lado y no la sentías.
Una flor nacía y nada veías. No hay nada en tu corazón, ni alegría ni dolor hasta que a tu vida llegó la ilusión.

Vos y yo, tu cama y nuestra canción. La síntesis perfecta de una imperfecta ilusión.
Y como tal, la ilusión puede volar. Tiene alas como los pájaros. Por eso un día puede volar y abandonarnos. Pero también porque tiene alas un día puede volver.

Pero también, las mentiras tienen patas cortas y diferentes colores.
Las blancas no son más buenas ni mejores por ser blancas y no existe cosa tal como una mentira negra. Todas penden de un mismo hilo, que se deshilacha a medida que aumenta la carga.
Son todas iguales.
Grandes o chicas, todas lastiman.

Nunca es una promesa y nunca necesitaré una mentira.

Ahora me río para aguantar otro día.

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